Conspiración imperial en Venezuela, Argentina, Brasil y Sudamérica


Brasil: Estados Unidos sueña con el ejercicio omnímodo de poder único en América Latina. Brasil, desde los inicios del gobierno de Lula, es un escollo que hay que vencer. En las escuelas se enseña a los escolares estadounidenses una nueva geografía de América del Sur. En el texto oficial se afirma que Estados Unidos tiene el deber de administrar la Cuenca Amazónica para bien de la humanidad ya que si es la región más rica en biodiversidad, en agua y oxígeno de la tierra, no puede ser administrada por pueblos ignorantes, salvajes, primitivos, narcotraficantes y violentos. En el libro escolar se mutila el territorio brasileño y de ocho países latinoamericanos para configurar la zona que debe estar bajo el poder de Estados Unidos. Estados Unidos, con la CIA, ha penetrado en los más importantes círculos estatales de Brasil y en todos los niveles del poder político, económico y cultural, Bajo la cobertura diplomática, los agentes de la CIA se mueven a placer y desarrollan una serie interminable de operaciones encubiertas con el propósito controlar al país más grande de América Latina. No vacilan en gastar millones de dólares en la industria, particularmente electrónica, en bancos y financieras, en fuerzas armadas y policiales, en partidos políticos y sindicatos de las derechas, en medios de comunicación. No es sólo la CIA la que trabaja activamente en los planes estratégicos de control a Brasil. Otras agencias como la DEA y FBI juega un importante papel bajo el pretexto del combate al narcotráfico y lucha contra el terrorismo internacional. La publicación brasileña CARTACAPITAL en su edición de 31 de marzo de 2004, en amplio reportaje demuestra la penetración de los servicios de espionaje de Estados Unidos en todas las esferas del gobierno de Brasil. Señala que los agentes de los servicios de inteligencia operan bajo la cubierta de Agregados Civiles, Consejeros para Asuntos Regionales, Agregados para el combate contra las drogas o simplemente Agregados de la Embajada de Estados Unidos en Brasilia. Todos los agentes secretos sean espías, policías, de la CIA, DEA, de la NAS, agentes de Aduana, trabajan sin ningún control, bajo la cobertura de los servicios diplomáticos, muy a pesar de los acuerdos y convenios internacionales vigentes acerca del estatuto diplomático. Los agentes de Estados Unidos «invierten» millones de dólares en sus labores de espionaje a través de equipamientos en computadoras, tecnología para escuchas de telecomunicaciones, por ejemplo.

Las cabezas prominentes de los servicios de inteligencia de Estados Unidos han sido importantes personalidades como Jack G. Ferraro que actúa como Consejero para Asuntos Regionales; Thomas Harold Lloyds, Primer Secretario e la Embajada USA, encargado de los Asuntos de Combate a las Drogas; Mark Kenyon Edmondson, Director de la DEA en Brasil, Agregado diplomático para el combate a las drogas, el Agente de Aduanas Julio Vélez que aparece como Agregado Diplomático. La referida publicación presenta una larga lista de agentes encubiertos de la CIA que han desarrollado sus maléficas actividades en Brasil. En la década de los 90, Vicente Chelotti era Jefe de la Policía Federal al servicio del Jefe de la CIA Bramson Brian, seguido por Craig Peters Osth. Hoge comandaba la compañía Tera Brasilis y Jack G. Ferraro actuaba como Consejero para Asuntos Regionales, según la lista diplomática de la Embajada de Estados Unidos en Brasil, El segundo de la CIA fue William A. Constanza que encubría sus actividades bajo la designación de Primer Secretario para Asuntos Regionales. En el año 2003 quedó al descubierto la cobertura diplomática de los agentes de la CIA en Brasil al descubrirse las actividades de los agentes Daniel Mac-Laughlin y Kenneth Joseph Wilkinson. Otros cuatro agentes de la CIA que actuaban con registro diplomático fueron denunciados y lógicamente fueron reemplazados por otros espías y en la sustitución estuvo Carlos Costa que trabajaba para el Jefe del FBI. Los agentes descubiertos dejaron la Embajada o comenzaron a actuar bajo otra cobertura en Brasil. Bajo la cobertura diplomática desarrollan sus actividades clandestinas, unos 30 «consejeros», analistas y otros funcionarios «diplomáticos» con la misión de espiar a políticos del gobierno de Lula, a empresarios, directores de compañías extranjeras y simples funcionarios del Gobierno, según el informe de CARTACAPITAL. El actual Jefe de la FBI en Brasil, Donald Kleg esconde sus actividades bajo la cubierta de Consejero Agregado Civil de la Embajada USA. El segundo hombre del FBI es Richard Cavalieros. Julio Vélez es el Jefe de los Agentes de Aduanas, pero tiene el estatus diplomático de Agregado en la lista diplomática de 2003. Como auxiliar Agregado aparece John Lee Wooley que es el segundo de Vélez.
De CARTACAPITAL se obtienen pruebas suficientes para demostrar las actividades clandestinas de los servicios de inteligencia de Estados Unidos que se han incrementado notablemente para intervenir en el gobierno de Lula da Silva tratando de controlarlo y someterlo a los dictados e intereses del Imperio, sobre todo porque Lula se opone radicalmente al ALCA que es el mayor proyecto anexionista de Washington en la administración de Bush II, razón por la cual el ALCA fue rebautizado como «Área de la Libre Colonización de las Américas». «Se trata, en resumidas cuentas, de la consumación de la Doctrina Monroe (1823) y del Corolario de Roosevelt (1904), que pretende convertir a la Patria Grande de Bolívar en una maquiladora regional militarizada de Wall Street, a fin de ganarle la carrera por el plusproducto mundial a la Unión Europea» sostiene el politólogo alemán Heinz Dietrich Steffan, en un artículo titulado: «La CIA contra Venezuela», publicado el 1 de noviembre de 2003 en la Revista electrónica Rebelión.
Lula da Silva se convirtió en el Presidente latinoamericano más peligroso para los intereses geopolíticos del Imperio, porque representa el reinicio del proyecto nacional que convertiría al Brasil en una república realmente libre e independiente, autónoma y soberana, un ejemplo claro para los demás países de América Latina. La preocupación de Estados Unidos por la presencia de Lula en el poder fue resumida por el Secretario del Tesoro, Paul O’Neill cuando afirmó que «Lula debe demostrar que no es un loco», en tanto que los expertos de la CIA decidieron calificar a Lula como un hombre decisivo en el proyecto independista de América Latina, sumamente peligroso y de extrema amenaza para los intereses estratégicos coloniales del Imperio.
El Imperio y la CIA se muestran muy activos en contra de Lula porque saben que es un líder de masas y, sin duda, un líder regional de gran capacidad intelectual y política. Ha demostrado que tiene la suficiente entereza para tratar de unificar a Latinoamérica para enfrentar con posibilidades de éxito a Estados Unidos y su poder imperial. Estableció que está dispuesto a hacer prevalecer la independencia de Brasil al no someterse a las órdenes del Pentágono y de la Casa Blanca, durante la VI Conferencia de Ministros de Defensa que se efectuó en Quito, en el pasado mes de noviembre.
La administración de Bush II y de la CIA entre sus objetivos inmediatos tiene desprestigiar y liquidar al Gobierno de Lula porque Brasil es demasiado importante no sólo en América del Sur sino en el mundo. Representa el 40% del PIB en la Región, concentra casi la mitad de la inversión extranjera y sin embargo padece de extremas desigualdades sociales y económicas debido al ejercicio del poder por parte de las oligarquías sumisas al dictado de Estados Unidos. Brasil, históricamente ha sido un escenario de pruebas de la política injerencista de Estados Unidos y posee el más grande ejército de América, después del de Estados Unidos, ejército que ha sido controlado por el Pentágono y la CIA y que gobernó a sangre y fuego al Brasil, tras derrocar a Joao Goulart en 1964 con el apoyo y padrinazgo del Imperio que experimentó allí el primer gobierno fascista de América del Sur. En Brasil, la CIA y el FBI asesoraron a policías y fuerzas armadas para organizar y ejecutar la represión monstruosa, los asesinatos selectivos, las torturas más crueles, la desaparición forzada de seres humanos de todas las edades, la práctica aberrante de humillaciones y degradaciones a hombres y mujeres acusados de subversivos, comunistas, izquierdistas. La «contrarrevolución preventiva» se convirtió en el primer golpe de Estado organizado bajo los fundamentos teóricos y prácticos de la Doctrina de Seguridad Nacional de Estados Unidos, aprobada por J. F. Kennedy en 1962 y que posteriormente colmaría de gobiernos fascistas a la mayor parte de América Latina. La historia demuestra que esos gobiernos militares fueron engendros de Estados Unidos para liquidar la insurgencia que ansiaba patrias libres y por ese delito, en nombre de la libertad y la democracia se perpetraron los más horrendos crímenes de lesa humanidad que, hasta hoy, permanecen en la impunidad. Bajo la Presidencia de Luiz Inacio da Silva, Brasil enfrenta al Imperio y esa decisión basta para que la CIA, con su extraordinaria experiencia pretenda desestabilizar al gobierno. Parafraseando a Marx, expresa el periodista Augusto Zamora R. en el periódico La Insignia, «contra Lula se alinearán en una sacrosanta cacería el emperador y el gran capital, la oligarquía y las transnacionales, los empresarios europeos y estadounidenses, la CIA y la cúpula militar. Tendrá que tejer fino, Lula, un hilo como el de Ariadna, para subsistir a la magnitud de sus adversarios...». Pero el Imperio y los enemigos internos y externos de Lula, tendrán que entender que es un líder que cuenta con el respaldo de su pueblo y del pueblo latinoamericano porque Brasil va camino de convertirse en el centro del rescate de la dignidad, soberanía e independencia de Latinoamérica, en la concreción de los ideales de integración y unidad, soñados por los libertadores de nuestros pueblos.

Argentina: Los Presidentes Chávez de Venezuela, Luiz Inacio da Silva de Brasil, Néstor Kirchner de Argentina y Fidel Castro de Cuba, son el «eje del mal» de América Latina segun el según la óptica del gobierno estadounidense y la CIA, porque son una creciente amenaza contra la seguridad del Imperio y sus intereses de dominación neocolonial en esta parte del mundo. En la visión de la CIA, Pentágono y Departamento de Estado de Estados Unidos, los cuatro Presidentes son una «nueva amenaza terrorista y geopolítica» porque han despertado las simpatías de los pueblos latinoamericanos y porque pretenden congregar a su alrededor a los comunistas y terroristas de América Central, del Sur y del Caribe. En consecuencia, también el Presidente Kirchner de Argentina ha pasado a ser blanco de los ataques del Imperio y de la CIA. Constantine Menges, quien fue Asesor del Presidente Bush II para Cuestiones de Seguridad Nacional y destacado agente de la CIA sintetiza el pensamiento de Washington respecto de Kirchner al decir que pertenece al grupo del populismo radical que socava el proceso democrático, reduciendo en lugar de incrementar, los derechos individuales. En ese mismo sentido se pronunció quien hasta hace pocos días fue Jefe del Comando Sur de Estados Unidos, general James T. Hill. Hill decía que «la crisis económica argentina ha provocado que muchos cuestionen la validez de las reformas neoliberales, tal como se manifestó en el consenso de Buenos Aires» en especial por parte de los Presidentes Kirchner y Lula que, además, exigieron que se respete a los países pobres.
En Argentina, Estados Unidos y la CIA impusieron las sanguinarias dictaduras fascistas que ocasionaron el asesinato y desaparición forzada de más de 30.000 argentinos. Hoy, la CIA y sus agentes copan aparatos policiales y fuerzas armadas, sindicatos y medios de comunicación y cuidadosamente penetran en el gobierno de Kirchner a través del uso de agentes locales, con paga de por medio o por odio a las ideas antifondomonetaristas expresadas por el Jefe de Gobierno.
La CIA en la Argentina, como en el resto de América Latina, tiene a sus agentes bajo la cobertura de agentes diplomáticos, miembros o funcionarios de USAID, de los Cuerpos de Paz, de Caritas y CARE, de infinidad de organizaciones oficiales y de algunas ONGs privadas nacionales o estadounidenses. El Imperio y la CIA pretenden descalificar a Kirchner al bautizarlo como el peor de los populistas que, en palabras de Hill, es una amenaza que surge cuando se radicaliza para confundir a la población. Néstor Kirchner aspira a devolverle a su patria la calidad de patria libre en la economía, soberana en la política y socialmente justa. Junto a Lula promueve la unidad de América del Sur y ha expresado con claridad que no se someterá a las políticas del Fondo Monetario Internacional, a los dictados-órdenes de la Casa Blanca y menos a prestarse para que ejerza el control político y económico en Argentina. Al negarse al alineamiento dentro de los objetivos de la política exterior estadounidense y más bien convertirse en contradictor de la Casa Blanca, el Presidente Kirchner se ganó la antipatía del Imperio y por ende la CIA que ahora dedica todos sus esfuerzos para desestabilizarlo por medio de acciones que van desde la guerra sicológica y la propaganda hasta la organización de atentados, huelgas, paros, manifestaciones, que surgen de las condiciones de pobreza creadas por el sistema de explotación capitalista y por los gobiernos de la burguesía y las dictaduras fascistas que prefirieron servir los intereses de las transnacionales, del FMI-BM, de Estados Unidos y de las oligarquías monopólicas y vende patria de Argentina, antes que atender las demandas del pueblo. Para desprestigiar,
descalificar y finalmente desestabilizar al gobierno de Kirchner, la CIA intenta demostrar que se ha alineado con el terrorismo global creado por los propios Estados Unidos y sostiene con desvergüenza y cinismo que Kirchner tiene conexiones con ETA, las FARC, el MRT, con los Centros Bolivarianos de Venezuela y lo critica severamente por su simpatía hacia las Madres de Plaza de Mayo. La CIA afirma que Kirchner ha dado un extraordinario giro al marxismo y que quiere volver a la década de los setenta. La amenaza recurrente se refiere a que si Argentina desea insertarse en el mundo global debe entender el papel hegemónico de Estados Unidos que ayudará a Argentina para que recupere su rol protagónico en América del Sur y que en caso contrario, se demostrará que la patria de San Martín es parte del «eje del mal» porque ampara al terrorismo internacional.En la tétrica mirada de la CIA está Kirchner, lo que significa que, otra vez el Imperio, podría propiciar el retorno de las dictaduras militares, hecho probable bajo la administración de Bush II. Si llega el caso, Argentina y América Latina, tendrán que sufrir los horrores de perder los derechos humanos y la libertad y, nuevamente, asistirá el mundo a los tormentos de las dictaduras fascistas y su insaciable sed de muerte y sangre.
EL TERRORISMO IMPERIAL: El escritor y periodista Carlos G. Rivodó, en la Revista Question, en la edición de marzo de 2004, afirma que Estados Unidos está intoxicado por el pensamiento maniqueo, simplista y teológico-militarista de George W. Bush II y su séquito de halcones. En el más clásico sentido de «divide y vencerás», añade, Estados Unidos se ha enganchado ya en una campaña sistemática de desestabilización geopolítica: 1) Incremento de la violencia en Colombia, 2) Militarización y posible intervención en la Triple Frontera, 3) Inflar el diferendo territorial Bolivia-Chile por la salida al mar, 4) Combate frontal a la oposición popular en Ecuador y Bolivia, 5) Desestabilización permanente a los gobiernos integrantes del BRP. Para prevenir y amedrentar la posible profundización de las relaciones Brasil-Argentina, el León del Norte se ha sacado de la manga a los «terroristas que operan en la Triple Frontera» (Brasil, Argentina y Paraguay), utilizando a Paraguay con ese propósito. Las pruebas son contundentes e irrefutables: «En Afganistán, los servicios de inteligencia estadounidenses encontraron carteles de las cataratas del Iguazú en las paredes».
Esas pruebas se las encuentra en diferentes fuentes de información de la CIA y hasta en publicaciones calificadas de serias, como la revista «Foreing Affairs», en la que la periodista Jessica Stern sostiene que el Hezbollah y Al Qaeda tienen nexos y redes que se extienden hasta la Triple Frontera donde «representantes de los dos grupos se han encontrado en Paraguay». Así, el camino está desbrozado para una intervención directa del Imperio en América del Sur, puesto que «esa región se ha convertido en la nueva Libia, un lugar de terroristas de las más dispares ideologías (rebeldes marxistas colombianos, supremacistas blancos estadounidenses, Hamas, Hezbollah y otros) se encuentran para intercambiar mercancías».
Nada raro sería que el Imperio de Bush II y sus halcones encuentren el pretexto del combate al terrorismo internacional, para invadir militarmente la zona de la Triple Frontera y de paso acabar con los gobiernos de Brasil, Argentina, Uruguay y reforzar su poder en Paraguay y el resto de América Latina, tal como Rumsfeld y sus títeres ansiaban realizar en Quito, en la VI Conferencia de Ministros de Defensa, mediante la conformación de un ejército multinacional con fines de poder intervenir en los asuntos internos de los países de América Latina. Las acciones de la CIA y del Imperio contra Cuba, Venezuela, Brasil, Argentina, Colombia, Ecuador, Bolivia, Uruguay, son verdaderos actos de terrorismo tenaz, despiadado y cruel que menosprecian los principios del Derecho Internacional y que ponen en peligro la paz y, si la penetración militar llega, no cabe duda que los pueblos de América Latina perderán todos sus derechos y libertades; pero al mismo tiempo, nuestras Patrias podrían convertirse en dos, tres Vietnam que proponía Ernesto Che Guevara. Entonces el terrorismo imperial habrá llegado a su fin. Juan Gelman, escritor e intelectual argentino, en un artículo titulado «Militarismo: Las Cifras del Escándalo», difundido por la agencia de prensa Altercom el 31 de agosto de 2004, refiere que el gasto militar de Estados Unidos para el año fiscal 2004-2005 ascenderá a 500.000 millones de dólares; es decir, 1.360 millones por día, 56.6 millones por hora, más de 940.000 dólares por minuto y casi 16.000 dólares por segundo. Bush aprobó una partida de 417.000 millones que se invertirán en construcciones militares, unos 20.000 millones de los programas en ese ámbito ejecuta el departamento de Energía y alrededor de 60.000 millones que insumen la guerra y ocupación de Irak y Afganistán. Con seguridad, esa desmesurada cifra aumentará en miles de millones de dólares si, finalmente, Bush y sus halcones deciden atacar a Irán, Corea del Norte o Cuba, conforme con planes militaristas y guerreristas del Pentágono y la CIA.
El planeta, dice, alberga o padece, según a 6.000 millones de habitantes, de los cuales 2.800 millones tienen un ingreso inferior a los dos dólares diarios, conforme cifras del Banco Mundial. (Esto significa que la mitad de la población mundial vive en condiciones de pobreza e indigencia). ¿Cuál es el rostro del terrorismo imperial? Natalie J. Goldring, Directora del Proyecto de Seguridad Global y Desarme de la Universidad estadounidense de Maryland informaba en el transcurso de una Conferencia sobre esta problemática realizada en la sede universitaria, en mayo de 2003, según reseña CEPR, que «Estados Unidos produce hoy alrededor de la mitad del gasto militar global, invierte en él casi lo mismo que todo el resto del mundo». Mientras tanto, los pobres del mundo son cada vez más pobres y mal viven en la ignorancia, insalubridad, desnutrición, desesperanza y miedo. Gelman afirma que al terminar el año 2003 había en América Latina y el Caribe 20 millones de pobres más que en 1997. Repitiendo los cálculos se observa que la pobreza creció a razón de 9.100 latinoamericanos por día, 380 por hora y más de 6 por minuto.
Otras cifras de espanto: El 44,4 por ciento de los latinoamericanos y caribeños -227 millones- viven bajo la línea de la pobreza y un 97 por ciento de ellos -177 millones- son niños y adolescentes o jóvenes menores de 20 años. El número de indigentes llega a 100 millones, un 19,4 por ciento de los habitantes de la región. La mitad de los mayores de 60 años no percibe ingreso alguno. A fines de la década pasada, el 11 por ciento de la población de América Latina y el Caribe, -55 millones- sufría algún grado de desnutrición, aguda en el 9 por ciento de los menores de cinco años y crónica en el 19,4 por ciento de los niños hasta esa edad. Latinoamérica es la región de la iniquidad y de la mayor injusticia en la redistribución de la riqueza ya que el 20 por ciento más rico se queda con el 60 por ciento de la riqueza generada.
El Informe de 30 páginas elaborado por un grupo de 16 expertos militares convocados por la ONU y que fue presentado ante la 59 Asamblea General del organismo, titulado «La relación entre desarme y desarrollo en el contexto internacional actual» sostiene que «En una época en que la erradicación de la pobreza y el desarrollo en todo el mundo son metas no alcanzadas por la falta de fondos necesarios, el aumento de los gastos militares globales constituye una tendencia inquietante...». «Al terminar la guerra fría, se esperaba que la disminución del gasto militar y una atmósfera internacional menos conflictiva liberarían recursos financieros, tecnológicos y humanos para los fines de desarrollo». Pero a pesar de las propuestas, la Comunidad Internacional no ha sido capaz de alcanzar un acuerdo que limite el gasto militar o fije un porcentaje de ese gasto para destinarlo al desarrollo nacional. Tal vez así sea porque los gobiernos belicistas con el estadounidense a la cabeza, su complejo militar-industrial, las Fuerzas armadas, los conglomerados petroleros y otros intereses conducentes forman parte de la comunidad internacional.

CONCLUSIONES

1. El terrorismo internacional más despiadado, inhumano y cruel está en la situación de pobreza y miseria que sufre el mundo. Estados Unidos es el mayor responsable de esta realidad y, en este sentido, es el primer terrorista del planeta tierra.

2. Estados Unidos en su avanzada fase imperial y en su calidad de potencia militar y política hegemónica pretende dominar exclusivamente a América Latina para uso de sus recursos naturales.

3. Para el cumplimiento de sus objetivos geopolíticos combate a los gobiernos de Cuba, Venezuela, Brasil y Argentina. Para ello ordena la intervención de la comunidad de inteligencia que desarrolla actividades clandestinas y encubiertas por medio de agentes de la CIA, DEA, Aduanas, NAS, que se cobijan bajo el estatuto diplomático.

4. Estados Unidos actúa con total impunidad en América Latina debido a que no existe decisión política de otros bloques europeos y de otras partes del mundo que, por lo menos, pretendan impedir la consumación de sus planes de dominación neocolonial.

5. La violación de los derechos humanos y de las libertades fundamentales en los pueblos de América Latina son consecuencia de las actividades depredadoras de los agentes de la CIA, DEA, FBI y otras agencias norteamericanas.

6. El establecimiento de bases militares de Estados Unidos en América Latina, la ejecución del Plan Colombia y Patriota con el pretexto del combate al narcotráfico, en realidad esconden el verdadero objetivo militar y político del Imperio: liquidar la resistencia popular para imponer la voluntad omnímoda de la administración de Bush II en esta parte del mundo.

7. Estados Unidos se opone a la organización y desarrollo de la Unión Sudamericana o Comunidad Sudamericana de Naciones, conforme con el modelo europeo ya que una organización supranacional de esa naturaleza se convertiría en un obstáculo para los proyectos geopolíticos de las transnacionales monopólicas con predominio de capital estadounidense. Para ese objeto no importan los valores de la democracia, de los derechos humanos y libertades que proclama y, por tanto, si hay gobiernos que se muestren libres y soberanos, bien podrían ser sustituidos por dictaduras sanguinarias, tal como ocurrió en las décadas de los sesenta, setenta y ochenta que asolaron a América Latina.

0 comments: