Eugenio Maria de Hostos


"El ciudadano de América" -

Nació Hostos en el barrio Río Cañas, de Mayagüez un 11 de enero de 1839. Fueron sus padres Eugenio de Hostos e Hilaria de Bonilla.
De Hostos y Bonilla se destacó en toda Latino américa como filósofo, pedagogo, escritor, sociólogo, periodista y firme defensor de la independencia de Puerto Rico.
Hostos inició sus estudios primarios en San Juan, prosiguiendo en la península española. En ella, obtuvo su bachillerato en la Universidad de Bilbao y comenzó la carrera de Derecho en la Universidad de Madrid, la que no concluyó.
Con sus escritos periodísticos luchó intensamente por la abolición de la esclavitud y por reformas autónomas para Cuba y Puerto Rico, que prometía el liberalismo español. No satisfecho con la actitud de los liberales, se convirtió en un ferviente líder separatista uniéndose en Nueva York al grupo de cubanos revolucionarios que luchaban por la independencia de su patria. En la ciudad de los rascacielos, dirigió su periódico oficial "La Revolución".
A los 24 años, en el 1863, nuestro insigne escritor antillano había escrito la novela de contenido político-social "La Peregrinación de Bayoán". En el 1867, el ensayo "Romeo y Julieta"; en el 1873 "Juicio crítico de Hamlet "; "Tratado de sociología" en el 1883; "Lecciones de derecho constitucional" en el 1887, y al año siguiente "Moral social". Su "Ensayo sobre la Historia de la lengua castellana y la Historia de la civilización antigua" (1894); "Geografía evolutiva" y "Cartas Públicas acerca de Cuba" (1896, artículos de prensa); y en el 1899, "El caso de Puerto Rico". También publicó el opúsculo "Los frutos de la normal" (exposición de pedagogía práctico-científica escrita por encargo del Gobierno de la República Dominicana). Además escribió para sus hijos, los cuentos: "El barco de papel"; "La primera oración"; "Mailla"; "El primer acceso"; "La recaída" y "La beata". Todos ellos escritos en 1878. La vasta obra de este autor fue recopilada por el Gobierno de Puerto Rico en una edición de sus "Obras completas", en el 1940.
La Junta Revolucionaria Cubana lo designó Delegado en Suramérica, por lo que en el año 1871 se embarcó en dicho misión. En Chile, se desempeñó como profesor en la Universidad Central, luchando allí en favor de la instrucción científica de la mujer. En ese país escribió su famoso "Juicio Crítico de Hamlet".
También sobresalió en Argentina y Chile por promover la construcción del ferrocarril andino. En reconocimiento a este hecho, la primera locomotora que cruzó los Andes llevó su nombre. En Perú, fue un ardiente defensor de los trabajadores chinos, brutalmente explotados. En Venezuela, contrajo matrimonio con la joven cubana Belinda de Ayala. En 1874 regresó a Nueva York y dirigió "La América Ilustrada". Más tarde viajó a Santo Domingo y dirigió el periódico "Las Tres Antillas". En el año 1880 fundó la Escuela Normal de Santiago de los Caballeros. En 1888, el Presidente de Chile lo invitó para que implementara su filosofía educativa positivista dirigiendo el Liceo Miguel Ángel Amunátegui. Con la Guerra Hispanoamericana, el Partido revolucionario Cubano, que encabezaba José Martí, lo designó como Delegado. Desde Mayagüez, Hostos intentó movilizar la opinión pública para evitar la incorporación de Puerto Rico a los Estados Unidos. Promovió la necesidad de que los puertorriqueños determinaran su destino, a través de un plebiscito, entre los líderes del país como Henna, De Diego, Matienzo Cintrón, Zeno Gandía, Muñoz Rivera, entre otros. En Washington D.C., el presidente McKinley y una Comisión del Congreso quedaron impresionados ante el vasto conocimiento de Hostos en el campo del Derecho Internacional. Mas, el Congreso sólo concedió poderes muy limitados y coloniales a la Isla con la Ley Foraker, inaceptables por Hostos.
Ante ello, regresó triste, otra vez, a su segunda patria: la República Dominicana, donde fue nombrado Director General de Enseñanza; y desempeñó, a la vez, la Dirección de la Escuela Normal de Santo Domingo. En dicha ciudad primada, falleció de una fiebre infecciosa el 11 de agosto de 1903. Nuestro distinguido compatriota puertorriqueño es considerado uno de los más grandes genios producidos en Latino américa durante el siglo 19. Por su extraordinaria gesta, muchos de estos países lo reclaman como su hijo. La Octava Conferencia Internacional Americana de 1938, lo honró con el título de "Ciudadano de América", con el cual lo había bautizado Antonio S. Pedreira en su biografía "Hostos, Ciudadano de América".

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