Lola Rodríguez de Tió


Nació en San Germán, en septiembre de 1843 y murió en Cuba el 10 de noviembre de 1924. Cursó estudios primarios en su pueblo natal, mudándose luego a Mayagüez. Comenzó a escribir desde muy joven empezó a publicar sus versos en los Periódicos de la Isla, virtiendo en sus escritos su inmenso amor por la patria libre y soberana.
El escritor José Luis González la llama "la figura femenina de mayor prestancia en la lírica puertorriqueña".
En el 1884 escribió unos versos patrióticos para la música de la danza que hoy días es himno nacional "La Borinqueña" de Félix Astol. Publicó los siguientes poemarios: Mis cantares (1876), Claros y nieblas (1885), Mi libro de Cuba (1893). Poesías (Publicación póstuma, 1960). Una de las figuras sobresalientes del lirismo puertorriqueño para esta mitad de siglo. Su vida y su obra escenifica el destino de los patriotas puertorriqueños que se oponen al régimen colonial.
Contrajo matrimonio con el también periodista y literato Bonocio Tió Segarra. Fue pionera como defensora de los derechos de la mujer. No descansaba en denunciar el gobierno despótico colonial en la Isla y propagar los ideales revolucionarios, por lo que fue perseguida durante toda su vida por las autoridades policiacas.
Colaboró activamente en el excarcelamiento de autonomistas presos en celdas del castillo El Morro y el fuerte San Cristóbal, durante el régimen de los compontes.
En 1887, fue desterrada a Caracas junto a su esposo, y a La Habana en el mismo año. En la capital cubana, se identificó militantemente con el ideal martiano. Esto la llevó de nuevo a su expulsión, ésta vez a la ciudad de Nueva York, en 1892. Mas, tan pronto llegó, ingresó al Partido Revolucionario Cubano que buscaba la libertad de Cuba y Puerto Rico.
Sus versos, indica el profesor Efraín Barradas, - antillanos, cultos y populares - superan los entonces vicios del romanticismo y, al final de su vida, leabre el camino al modernismo reformador. Entre sus poemas más conocidos, se encuentran "Cantares", "Mi ofrenda", "Adiós a mi casita", "A mi esposo ausente", "Canto a Puerto Rico" y "Madrigal". Publicó Mis cantares (1876); Claros y nieblas (1885); A mi patria en la muerte de Corchado (1885), y Nochebuena (1887).
Cuba fue su segunda patria, y a la hermana antillana le dedicó el libro "Mi libro de Cuba" en 1893, y el conocido "A Cuba", que dice:

La poesía de Lola es una que toca los temas de profundidad en la filosofía y la moral. Ella es la autora de la versión revolucionaria "La Borinqueña", nuestro himno nacional.

* La borinqueña
* Muerta en Alta Mar
* El Poeta:
* Mi libro de Cuba

La borinqueña

Despierta, borinqueño
que han dado la senil!
Despierta de ese sueno
que es hora de luchar!

A ese llamar patriótico
no arde tu corazón?
Ven! Nos será simpático
el ruido del canon.

Mira, ya el cubano
libre será;
le dará el machete
su libertad...
le dará el machete
su libertad.

Ya el tambor guerrero
dice en su son,
que es la manigua el sitio,
el sitio de la reunión,
de la reunión...
de la reunión.

El Grito de Lares*
se ha de repetir,
y entonces sabremos
vencer o morir.

Bellísima Borinquen,
a Cuba hay que seguir;
tu tienes bravos hijos
que quieren combatir.

ya por mas tiempo impávido
no podemos estar,
ya no queremos, tímidos
dejarnos subyugar.

Nosotros queremos
ser libre ya,
y nuestro machete
afilado esta..
y nuestro machete
afilado esta.

Por que entonces, nosotros
hemos de estar,
tan dormidos y sordos
y sordos a esa señal?
a esa senil, a esa senil?

No hay que temer, riquenos
al ruido del canon,
que salvar a la patria
es deber del corazón!

ya no queremos déspotas,
caiga el tirano ya,
las mujeres indómitas
también sabrán luchar.

Nosotros queremos
la libertad,
y nuestros machetes
nos la dará...
y nuestro machete
nos la dará...

Vámonos, borinqueños,
vámonos ya,
que nos espera ansiosa,
ansiosa la libertad.
La libertad, la libertad!

*El Grito de Lares fue un movimiento revolucionario que fue menguado por las tropas españolas, este fue en pueblo de Lares.
Muerta en Alta Mar

(A María Adriana Giberga, hija de Eliseo Giberga Gali)

Ven a llorar conmigo,
Oh Musa! que al dolor no eres ajena:
Ven, y serás testigo,
de la profunda pena,
que de luto y de llanto el alma llena!

Ven ceñida de flores
que guarden puro el matinal rocío;
capullos soñadores,
que con el canto mío
su aroma llevan a un hogar vacío...

Hogar infortunado,
que vio perderse con amargo duelo,
al ángel adorad,
que al remontar su vuelo,
dejo huérfano el nido, por el cielo!

Que corta fue su estancia,
en este triste y engañosa vida;
y a que larga distancia,
de su patria querida,
lanzo el adiós de eterna despedida!

Por que, por que a deshora,
la azucena en botón, que se nutria,
con néctar de la aurora,
murió al nacer el día,
cuando apenas sus pétalos abría!

Yo vi, yo vi el encanto,
con que cuidaban el botón naciente!
Y su amor era tanto,
que no habrá quien intente,
contener de sus lagrimas la fuente!

Como han de estar serenos
los desolados padre de María?
Como no echar de menos
la luz de su alegría,
en esa noche lóbrega y sombría?...

Tal parece que el ruido,
y al gemir de la olas y del viento,
vienen a herir mi oído;
y el lastimado acento
de su madre infeliz, también lo siento!...

Pero a que de esta suerte
el recuerdo enlutar, si no consigo,
Ay! el volver a verte
en el hogar amigo,
donde te dio el Amor tan blando abrigo!

En vano el pecho exhala
hondo suspiro de mortal anhelo;
en vano tiende el ala,
para alcanzar tu vuelo;
Si nunca has de tornar del alto cielo!

Oh Musa! Pliega el canto!
no mas lastimes un dolor profundo!...
Y de la madre en tanto,
corra el llanto fecundo,
que ha quien llora con ella en este mundo!
14 de marzo de 1985

El Poeta:

Poeta? No. Sobre el macizo idioma
en que su huella el ideal estampa,
domo mis versos cual el gaucho doma
sus salvajes corceles en la pampa.

Salta el mármol, fragmento por fragmento,
al golpe del cincel que lo domeña,
y luce al fin su forma el pensamiento;
mas no la forma que el artista sueña.

Intento a veces esculpir la espuma
en que Venus emerge sonreída,
y, aunque su torso la belleza esfuma,
falta el nervio, la pasión , la vida.

Mi estrofa, dura y desigual, rebota
como el corcel del gaucho en la vertiente;
ansío recobrarla y esta rota,
y surge a chorros su perfume ardiente.

Quiero la rima que solloce y cante;
que exprese la nostalgia y el deseo;
que quiebre le mode de Virgilio y Dante;
que se burle de Pindar y Tirteo

Y esa eterna maniática, que abreva
siglos y siglos en la misma onda,
no logra modular la nota nueva
que a mis antojos íntimos responda.

Ya no vivimos en los grandes días
que poblaron las ninfas y los Hados:
las ánforas de Chipre están vacías
y los plintos de Atenas soterrados.

Y en esta edad, y en siglo como este,
partido en dos entre Mercurio y Marte,
aun no asoma la fimbria de su veste
la soberana encarnación del arte.

De frente al sol, sobre el macizo idioma
en que su huella el ideal estampa,
domo mis versos cual el gaucho doma
sus salvajes corceles en la pampa.

Mi libro de Cuba

¡Vuestros dioses tutelares
Han de ser también los míos!
Vuestras palmas, vuestros ríos
repetirán mis cantares...
Culto rindo a estos hogares
Donde ni estorba ni aterra
El duro brazo que cierra
Del hombre los horizontes...
¡Yo cantaré en estos montes
Como cantaba en mi tierra!

Cuba y Puerto Rico son
De un pájaro las dos alas,
Reciben flores y balas
Sobre el mismo corazón...
¡Qué mucho si en la ilusión
Qué mil tintes arrebola,
Sueña la musa de Lola
Con ferviente fantasía,
¡De esta tierra y la mía,
Hacer una patria sola!

Le basta al ave una rama
Para formar blando lecho:
Bajo su rústico techo
¡Es dichosa porque ama!
Todo el que en amor se inflama
Calma en breve su hondo anhelo:
Y yo plegando mi vuelo,
Como el ave en la enramada,
Canto feliz, Cuba amada,
¡Tu mar, tu campo y tu cielo!

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