Los arahuacos taínos fueron una oleada de indígenas procedentes del área de Venezuela, que a lo largo de los siglos fueron poblando las distintas islas del arco antillano. Cuando los "taínos" llegaron al Caribe, éste ya estaba habitado por otros pueblos como los igneris y los más antiguos aún arcaicos. El nombre taíno significa "bueno o noble" en arahuaco.
Algunos historiadores piensan erróneamente que esta etnia indígena desapareció tras la llegada de los invasores españoles, pero recientes investigaciones realizadas por el Dr. J.C. Martínez Cruzado basadas en el ácido desoxirribonucleico (ADN) mitocondrial, heredado únicamente por el lado materno, demuestran que aproximadamente el 53% de una muestra de 38 estudiantes de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayaguez, poseían ADN mitocondrial indígena. El Dr. Martínez Cruzado admite en su publicación que tal muestra no es representativa de la población de Puerto Rico. El estudio también indica que aún no existen estudios de ADN del cromosoma Y (heredado únicamente por el lado paterno) que indiquen la proporción de ADN indígena existente en la población; pero que es razonable suponer que los resultados sean similares a los de estudios realizados en países como Colombia y Brasil, donde el porcentaje de ADN mitocondrial (o materno) es principalmente indígena, mientras que el porcentaje de ADN del cromosoma Y (o paterno) es principalmente europeo.
Figurilla taínaCuando los primeros navegantes españoles llegaron a las islas del Caribe, los taínos estaban en plena lucha con una etnia rival, los Caribes, que ya habían conquistado las Antillas Menores. En ese entonces la sociedad taína se dividía en unos cinco reinos controlados por caciques, a quienes se les pagaba tributo. Fray Bartolomé de las Casas en su libro Historia General de las Indias relata que en el año de 1508 quedaban unos 60.000 taínos en isla de La Española. Para 1531 la explotación y las enfermedades habían reducido el número a 600.
Procedencia
La procedencia de los indios taínos es confusa y desorienta a los estudiosos de sus costumbres y tradiciones. Al analizar su simbología y mitología, vemos con sorpresa que está emparentada con los pueblos mayas de la Yucatán, Guatemala, y otras regiones adyacentes. Rudolf Schuller, en El huracán: Dios de la tormenta, y el Popol-Vuh (ver Popol Vuh), señala muchos paralelismos con las tradiciones mayas. La comunidad de rasgos de la mitología taína con la maya comprende la idea fundamental de la dualidad de los demiurgos: Yocahú, el gran padre, y Guabancex, la gran madre serpiente, cuya cópula preside el ciclo solar. Sin embargo, la versión más aceptada es la procedencia suramericana de los taínos.
Sociedad
Se dividían en tres clases sociales distintas: los naborias o aldeanos trabajadores de la tierra; los nitaínos, considerados los nobles de las tribus eran también los guerreros y familia del cacique; los bohiques chamanes, o sacerdotes que representaban las creencias religiosas; y el cacique, conocido también como "guare" que era el jefe de la tribu o "yucayeque". Hay que hacer notar que también hubo "cacicas" y que la línea de sucesión era a través del hijo o la hija de la hermana del cacique.
Los caciques taínos: Los taínos estaban divididos en gran número de cacicazgos de desigual extensión, a veces unos tributarios de otros. El cronista Fernández de Oviedo narra que en La Española había cinco grandes caciques bajo los cuales gobernaban otros de menor importancia. Los caciques taínos recibieron pacíficamente a los conquistadores, al supuestamente considerarles, como otros tantos pueblos de América, dioses llegados del cielo. Sin embargo, ante el mal trato que recibieron por parte de los recién llegados, los caciques organizaron a sus hombres y repelieron las agresiones que tenían el propósito de someterlos y esclavizarlos. Las modernas armas de los conquistadores (arcabuces, ballestas, cañones), sus petos y armaduras, fueron las claves de una lucha desigual que llevó a la derrota de los caciques taínos. Los taínos denominaban cacique al jefe de una unidad territorial cuyo poder era limitado a un yucayeque, caserío, valle, etc. Entre los caciques más importantes de Boriquén o Puerto Rico en la época del descubrimiento y sus áreas de gobierno estaban: Agüeybana y Guaybaná (Guánica) -dos de los más poderosos de la isla-, Aramaná (riberas del río Toa), Arasibo (Arecibo), Cacimar (Vieques), Caguax (Caguas), [[Canóbana]Canòvanas](área del [[río Grande de Loíza y Rio Cubuy] o Cayniabón), Daguao (Ceiba), Guacabo (Manatí), Guaraca (área del río Guayanés), Guarionex (Utuado), Guayama (Guamaní), Jumacao (Humacao), Jayuya (Jayuya), Luisa (Loíza), Luquillo (Luquillo), Mabodomaca (Guajataca), Mabó (Guaynabo), Majagua (Bayamón), Mayagoex (Mayagüez), Orocovix (Orocovis).
Los poblados estaban organizados en claros de la selva, tierra adentro, con dos clases de habitáculos: el bohío, circular y vivienda común de los habitantes del yucayeque y el caney, más grande, rectangular y con ventanas donde habitaba el cacique con su familia. Estas viviendas se construían con hojas de hinea (que se recoge en ríos y lagos), y maderas de los árboles de capá prieto y canela cimarrona. Para dormir usaban hamacas tejidas de algodón (la palabra hamaca es voz taína). La vestimenta de los taínos era ajustada al medio tropical donde crecía su cultura. Los invasores españoles hallaron a los hombres cubiertos con un simple taparrabos, y a las mujeres casadas con un delantal de paja, algodón u hojas llamado naguas. Las mujeres solteras andaban desnudas. Ambos sexos se aplicaban pintura corporal negra, blanca, roja y amarilla. Decoraban sus cuerpos con tatuajes religiosos para protegerse de los malos espíritus, y oradaban orejas y labios con oro, plata, piedra, hueso y concha. Entre los útiles confeccionaban cestas, cacharros de cerámica, tallaban la madera, hilaban redes y manufacturaban el oro, abundante en los ríos de Cuba, La Española, Puerto Rico. Los españoles extrajeron más de diez toneladas agotando las reservas de la isla y expoliando los pocos objetos de interés que tenían los ajuares de los caciques. Los caciques practicaban la poligamia, infrecuente entre el común del pueblo. Esta práctica estaba justificada por el exceso de muchachas en edad núbil, y porque entre los taínos no tener hijos era un deshonor. Las relativas riquezas de los caciques, su estatus, y las pocas aspiraciones del pueblo, permitían a éstos poseer varias mujeres e hijos. La poligamia creció por la constante lucha con los caribes. Las numerosas bajas entre la población masculina y la imperiosa necesidad de mantener un nivel de población, fueron factores determinantes para propagar la poligamia entre las tribus taínas antillanas.
Religión
Creían en múltiples dioses. El dios principal era Yocajú Bagua Maorocotí (tambien conocido como Yuquiyú, Dios del Bien), quien fue hijo de la diosa Atabey quien también tenía otros nombres como: Yermao Guacar, Apito y Zuimaco. Anteriormente se creía que Juracán era el dios malo, puesto que el panteón fue interpretado según la creencia dual del catolicismo. En realidad, había varios dioses que, cuando se unían, causaban destrucción al pueblo taíno. Juracán era el nombre que le daban los taínos a todos los fenómenos destructivos. El monte mas importante en la cultura taína era la montaña El Yunque donde hacían las ceremonias principales para su dios (nombre derivado del dios principal Yuquiyú).
El mundo taíno estaba dividido en cuatro partes y un centro, que gobernaban respectivamente el sol y su gemelo Guatauba, ambos hijos del dios Yocahú, creador de las montañas y del fuego. Coastrique, gemelo nocturno de la muerte, gobernaba las trombas de agua, apareciendo el mito del diluvio que apunta a la influencia continental. El señor del mundo de los muertos, o del paraíso taíno llamado Coaibai, era Maquetaurie Guayaba, y la Luna era Taicaraya.
En la estructura socio-política, de carácter teocrático-guerrero, el cacique y el bohique representan los poderes sobrenaturales del día y la noche. La palabra cacique, por ejemplo, contiene el morfema ca, de cauni, oro porque el cacique representaba el poder solar del dios del fuego; por su parte, bohique tiene sus raíces en boa, coa, o toa, y en la casa rectangular (el bohío), asociada a la mitad serpiente de la tribu, en su ordenamiento con principio de la dualidad. Parece probado que el ciclo mitológico del Popol-Vuh ejerció un fuerte influjo en las Antillas. Sin embargo, el rasgo más característico de la mitología taína fue considerar a los espíritus respecto a los hombres y animales, plantas y seres inanimados. Este animismo confería al chamán grandes poderes, al ser el único capaz de domeñar a los espíritus. Para este fin confeccionaban ídolos de algodón, piedra, hueso, concha, etc., que recibían el nombre de cemíes. Los cemíes tenían poderes sobre el hombre, ya que en ellos residían los espíritus que regulaban las actividades humanas. En 1907 Fewkes estudió los ídolos taínos, llegando a la siguiente conclusión: Los taínos creían en dos seres sobrenaturales llamados cemíes que eran los progenitores de los demás. Estos dos padres creadores estaban simbolizados por ídolos de piedra, madera o barro, a quienes los indígenas rezaban sus oraciones y en cuya presencia celebraban los ritos para implorar la abundancia de frutos y la dicha de la raza humana. Un grupo de estos seres sobrenaturales o cemíes tutelaban y representaban a los antepasados del clan. El culto de estos ídolos se hallaba supeditado a las familias, y sus imágenes eran guardadas en la casa-templo del cacique. Ramón Pané, fraile que entre 1494 y 1498 vivió entre los taínos de Santo Domingo, es tajante respecto a las creencias religiosas: Yocahú (el padre creador) vive en el cielo, es un ser inmortal al que nadie puede ver, y aunque tiene madre no tiene principio. Su madre, diosa sin principio también, tiene varios nombres: Atabex, Yermaoguacar, Apito y Zuimaco. Oviedo, cuando habla de la pareja divina, dice: El cemí es el señor del mundo, del cielo y la tierra. Yocahú es la divinidad suprema, hijo y abuelo mítico invisible e intangible como el fuego, como el viento, el sol o la luna. En los museos puertorriqueños hay abundantes muestras de estos curiosos ídolos, los cemíes, cuya forma a suscitado entre los ovniólogos las más disparatadas creencias y especulaciones.
Economía
La principal actividad económica de los Taínos era la agricultura; para lo cual realizaban sembrados que llamaban conucos.
Cultivaban mandioca o yuca en sus variedades dulce y amarga, para lo cual empleaban abonos y sistemas de riegos; otros cultivos importantes eran el maíz, cacahuate o maní, pimienta, piña, batata, algodón, y tabaco.
Cazaban pequeños roedores, iguanas, algunas variedades de pájaros y serpientes; pescaban con varias técnicas empleando anzuelos, redes, veneno, etc.
Fabricaban objetos como la hamaca, camas de leña o coyes como le llamaban. Fermentaban la yuca para obtener una bebida embriagadora llamada uicú o "cusubí". El casabe, que es una especie de pan de yuca o torta circular de yuca tostada al sol, formaba parte de su dieta regular y es consumido aún hoy día en la zona del Caribe. Aún se fabrica en República Dominicana, utilizando una especia de yuca que es amarga. Y también en la región oriental de Cuba.
Entretenimiento
Se divertían de diferentes maneras, a través del baile, la música y el juego de pelota. Este último era conocido como batú y se jugaba en un espacio llamado batey. El juego despertó el interés de los colonizadores españoles, debido a que la pelota que utilizaban rebotaba por estar hecha de goma, hojas y resinas, y este fenómeno era desconocido en Europa. El juego de pelota se jugaba entre 2 equipos de hasta 30 jugadores (hombres y mujeres) que tenían que mantener la bola en el aire con sus hombros, codos, caderas o cualquier otra parte del cuerpo, excepto las manos.
Los principales rituales taínos escenificaban danzas sagradas llamadas areítos, acompañadas de diversos instrumentos, principalmente tambores. Entre las plantas más utilizadas estaba el tabaco. El árbol de cohoba se utilizaba durante una ceremonia religiosa ("ritual de la cohoba") en la cual el cacique, el bohique y los nitaínos se comunicaban con los espíritus.
A la llegada de los españoles, se piensa que en las Antillas había una población de 230.000 individuos, de los cuales la gran mayoría eran taínos. Cincuenta años después de la colonización, erróneamente se consideró que habían desaparecido. En Puerto Rico aún quedan algunos reductos de población taína. Entre estos, los más importantes son los encontrados en el barrio Indieras, del municipio de Maricao, en el centro-oriental de la isla. Estos son descendientes de los taínos que sobrevivieron a la matanza ocurrida en el año 1511, después que Agüeybaná II, el Bravo, convocara una rebelión en contra de los españoles. Al ser derrotados, los sobrevivientes escaparon a los espesos bosques de las montañas puertorriqueñas, donde han sobrevivido cerca de 500 individuos hasta hoy. A pesar de que ocurrió mestizaje con otros grupos étnicos que llegaron a Puerto Rico (siendo los más prominentes los españoles y los numerosos grupos étnicos traídos desde África), algunos individuos de estas comunidades taínas han mostrado tener un 98% de sangre taína, aunque también es visible la herencia indígena en grandes masas de la población puertorriqueña, mezclada con las razas blanca y negra.
Algunos historiadores piensan erróneamente que esta etnia indígena desapareció tras la llegada de los invasores españoles, pero recientes investigaciones realizadas por el Dr. J.C. Martínez Cruzado basadas en el ácido desoxirribonucleico (ADN) mitocondrial, heredado únicamente por el lado materno, demuestran que aproximadamente el 53% de una muestra de 38 estudiantes de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayaguez, poseían ADN mitocondrial indígena. El Dr. Martínez Cruzado admite en su publicación que tal muestra no es representativa de la población de Puerto Rico. El estudio también indica que aún no existen estudios de ADN del cromosoma Y (heredado únicamente por el lado paterno) que indiquen la proporción de ADN indígena existente en la población; pero que es razonable suponer que los resultados sean similares a los de estudios realizados en países como Colombia y Brasil, donde el porcentaje de ADN mitocondrial (o materno) es principalmente indígena, mientras que el porcentaje de ADN del cromosoma Y (o paterno) es principalmente europeo.
Figurilla taínaCuando los primeros navegantes españoles llegaron a las islas del Caribe, los taínos estaban en plena lucha con una etnia rival, los Caribes, que ya habían conquistado las Antillas Menores. En ese entonces la sociedad taína se dividía en unos cinco reinos controlados por caciques, a quienes se les pagaba tributo. Fray Bartolomé de las Casas en su libro Historia General de las Indias relata que en el año de 1508 quedaban unos 60.000 taínos en isla de La Española. Para 1531 la explotación y las enfermedades habían reducido el número a 600.
Procedencia
La procedencia de los indios taínos es confusa y desorienta a los estudiosos de sus costumbres y tradiciones. Al analizar su simbología y mitología, vemos con sorpresa que está emparentada con los pueblos mayas de la Yucatán, Guatemala, y otras regiones adyacentes. Rudolf Schuller, en El huracán: Dios de la tormenta, y el Popol-Vuh (ver Popol Vuh), señala muchos paralelismos con las tradiciones mayas. La comunidad de rasgos de la mitología taína con la maya comprende la idea fundamental de la dualidad de los demiurgos: Yocahú, el gran padre, y Guabancex, la gran madre serpiente, cuya cópula preside el ciclo solar. Sin embargo, la versión más aceptada es la procedencia suramericana de los taínos.
Sociedad
Se dividían en tres clases sociales distintas: los naborias o aldeanos trabajadores de la tierra; los nitaínos, considerados los nobles de las tribus eran también los guerreros y familia del cacique; los bohiques chamanes, o sacerdotes que representaban las creencias religiosas; y el cacique, conocido también como "guare" que era el jefe de la tribu o "yucayeque". Hay que hacer notar que también hubo "cacicas" y que la línea de sucesión era a través del hijo o la hija de la hermana del cacique.
Los caciques taínos: Los taínos estaban divididos en gran número de cacicazgos de desigual extensión, a veces unos tributarios de otros. El cronista Fernández de Oviedo narra que en La Española había cinco grandes caciques bajo los cuales gobernaban otros de menor importancia. Los caciques taínos recibieron pacíficamente a los conquistadores, al supuestamente considerarles, como otros tantos pueblos de América, dioses llegados del cielo. Sin embargo, ante el mal trato que recibieron por parte de los recién llegados, los caciques organizaron a sus hombres y repelieron las agresiones que tenían el propósito de someterlos y esclavizarlos. Las modernas armas de los conquistadores (arcabuces, ballestas, cañones), sus petos y armaduras, fueron las claves de una lucha desigual que llevó a la derrota de los caciques taínos. Los taínos denominaban cacique al jefe de una unidad territorial cuyo poder era limitado a un yucayeque, caserío, valle, etc. Entre los caciques más importantes de Boriquén o Puerto Rico en la época del descubrimiento y sus áreas de gobierno estaban: Agüeybana y Guaybaná (Guánica) -dos de los más poderosos de la isla-, Aramaná (riberas del río Toa), Arasibo (Arecibo), Cacimar (Vieques), Caguax (Caguas), [[Canóbana]Canòvanas](área del [[río Grande de Loíza y Rio Cubuy] o Cayniabón), Daguao (Ceiba), Guacabo (Manatí), Guaraca (área del río Guayanés), Guarionex (Utuado), Guayama (Guamaní), Jumacao (Humacao), Jayuya (Jayuya), Luisa (Loíza), Luquillo (Luquillo), Mabodomaca (Guajataca), Mabó (Guaynabo), Majagua (Bayamón), Mayagoex (Mayagüez), Orocovix (Orocovis).
Los poblados estaban organizados en claros de la selva, tierra adentro, con dos clases de habitáculos: el bohío, circular y vivienda común de los habitantes del yucayeque y el caney, más grande, rectangular y con ventanas donde habitaba el cacique con su familia. Estas viviendas se construían con hojas de hinea (que se recoge en ríos y lagos), y maderas de los árboles de capá prieto y canela cimarrona. Para dormir usaban hamacas tejidas de algodón (la palabra hamaca es voz taína). La vestimenta de los taínos era ajustada al medio tropical donde crecía su cultura. Los invasores españoles hallaron a los hombres cubiertos con un simple taparrabos, y a las mujeres casadas con un delantal de paja, algodón u hojas llamado naguas. Las mujeres solteras andaban desnudas. Ambos sexos se aplicaban pintura corporal negra, blanca, roja y amarilla. Decoraban sus cuerpos con tatuajes religiosos para protegerse de los malos espíritus, y oradaban orejas y labios con oro, plata, piedra, hueso y concha. Entre los útiles confeccionaban cestas, cacharros de cerámica, tallaban la madera, hilaban redes y manufacturaban el oro, abundante en los ríos de Cuba, La Española, Puerto Rico. Los españoles extrajeron más de diez toneladas agotando las reservas de la isla y expoliando los pocos objetos de interés que tenían los ajuares de los caciques. Los caciques practicaban la poligamia, infrecuente entre el común del pueblo. Esta práctica estaba justificada por el exceso de muchachas en edad núbil, y porque entre los taínos no tener hijos era un deshonor. Las relativas riquezas de los caciques, su estatus, y las pocas aspiraciones del pueblo, permitían a éstos poseer varias mujeres e hijos. La poligamia creció por la constante lucha con los caribes. Las numerosas bajas entre la población masculina y la imperiosa necesidad de mantener un nivel de población, fueron factores determinantes para propagar la poligamia entre las tribus taínas antillanas.
Religión
Creían en múltiples dioses. El dios principal era Yocajú Bagua Maorocotí (tambien conocido como Yuquiyú, Dios del Bien), quien fue hijo de la diosa Atabey quien también tenía otros nombres como: Yermao Guacar, Apito y Zuimaco. Anteriormente se creía que Juracán era el dios malo, puesto que el panteón fue interpretado según la creencia dual del catolicismo. En realidad, había varios dioses que, cuando se unían, causaban destrucción al pueblo taíno. Juracán era el nombre que le daban los taínos a todos los fenómenos destructivos. El monte mas importante en la cultura taína era la montaña El Yunque donde hacían las ceremonias principales para su dios (nombre derivado del dios principal Yuquiyú).
El mundo taíno estaba dividido en cuatro partes y un centro, que gobernaban respectivamente el sol y su gemelo Guatauba, ambos hijos del dios Yocahú, creador de las montañas y del fuego. Coastrique, gemelo nocturno de la muerte, gobernaba las trombas de agua, apareciendo el mito del diluvio que apunta a la influencia continental. El señor del mundo de los muertos, o del paraíso taíno llamado Coaibai, era Maquetaurie Guayaba, y la Luna era Taicaraya.
En la estructura socio-política, de carácter teocrático-guerrero, el cacique y el bohique representan los poderes sobrenaturales del día y la noche. La palabra cacique, por ejemplo, contiene el morfema ca, de cauni, oro porque el cacique representaba el poder solar del dios del fuego; por su parte, bohique tiene sus raíces en boa, coa, o toa, y en la casa rectangular (el bohío), asociada a la mitad serpiente de la tribu, en su ordenamiento con principio de la dualidad. Parece probado que el ciclo mitológico del Popol-Vuh ejerció un fuerte influjo en las Antillas. Sin embargo, el rasgo más característico de la mitología taína fue considerar a los espíritus respecto a los hombres y animales, plantas y seres inanimados. Este animismo confería al chamán grandes poderes, al ser el único capaz de domeñar a los espíritus. Para este fin confeccionaban ídolos de algodón, piedra, hueso, concha, etc., que recibían el nombre de cemíes. Los cemíes tenían poderes sobre el hombre, ya que en ellos residían los espíritus que regulaban las actividades humanas. En 1907 Fewkes estudió los ídolos taínos, llegando a la siguiente conclusión: Los taínos creían en dos seres sobrenaturales llamados cemíes que eran los progenitores de los demás. Estos dos padres creadores estaban simbolizados por ídolos de piedra, madera o barro, a quienes los indígenas rezaban sus oraciones y en cuya presencia celebraban los ritos para implorar la abundancia de frutos y la dicha de la raza humana. Un grupo de estos seres sobrenaturales o cemíes tutelaban y representaban a los antepasados del clan. El culto de estos ídolos se hallaba supeditado a las familias, y sus imágenes eran guardadas en la casa-templo del cacique. Ramón Pané, fraile que entre 1494 y 1498 vivió entre los taínos de Santo Domingo, es tajante respecto a las creencias religiosas: Yocahú (el padre creador) vive en el cielo, es un ser inmortal al que nadie puede ver, y aunque tiene madre no tiene principio. Su madre, diosa sin principio también, tiene varios nombres: Atabex, Yermaoguacar, Apito y Zuimaco. Oviedo, cuando habla de la pareja divina, dice: El cemí es el señor del mundo, del cielo y la tierra. Yocahú es la divinidad suprema, hijo y abuelo mítico invisible e intangible como el fuego, como el viento, el sol o la luna. En los museos puertorriqueños hay abundantes muestras de estos curiosos ídolos, los cemíes, cuya forma a suscitado entre los ovniólogos las más disparatadas creencias y especulaciones.
Economía
La principal actividad económica de los Taínos era la agricultura; para lo cual realizaban sembrados que llamaban conucos.
Cultivaban mandioca o yuca en sus variedades dulce y amarga, para lo cual empleaban abonos y sistemas de riegos; otros cultivos importantes eran el maíz, cacahuate o maní, pimienta, piña, batata, algodón, y tabaco.
Cazaban pequeños roedores, iguanas, algunas variedades de pájaros y serpientes; pescaban con varias técnicas empleando anzuelos, redes, veneno, etc.
Fabricaban objetos como la hamaca, camas de leña o coyes como le llamaban. Fermentaban la yuca para obtener una bebida embriagadora llamada uicú o "cusubí". El casabe, que es una especie de pan de yuca o torta circular de yuca tostada al sol, formaba parte de su dieta regular y es consumido aún hoy día en la zona del Caribe. Aún se fabrica en República Dominicana, utilizando una especia de yuca que es amarga. Y también en la región oriental de Cuba.
Entretenimiento
Se divertían de diferentes maneras, a través del baile, la música y el juego de pelota. Este último era conocido como batú y se jugaba en un espacio llamado batey. El juego despertó el interés de los colonizadores españoles, debido a que la pelota que utilizaban rebotaba por estar hecha de goma, hojas y resinas, y este fenómeno era desconocido en Europa. El juego de pelota se jugaba entre 2 equipos de hasta 30 jugadores (hombres y mujeres) que tenían que mantener la bola en el aire con sus hombros, codos, caderas o cualquier otra parte del cuerpo, excepto las manos.
Los principales rituales taínos escenificaban danzas sagradas llamadas areítos, acompañadas de diversos instrumentos, principalmente tambores. Entre las plantas más utilizadas estaba el tabaco. El árbol de cohoba se utilizaba durante una ceremonia religiosa ("ritual de la cohoba") en la cual el cacique, el bohique y los nitaínos se comunicaban con los espíritus.
A la llegada de los españoles, se piensa que en las Antillas había una población de 230.000 individuos, de los cuales la gran mayoría eran taínos. Cincuenta años después de la colonización, erróneamente se consideró que habían desaparecido. En Puerto Rico aún quedan algunos reductos de población taína. Entre estos, los más importantes son los encontrados en el barrio Indieras, del municipio de Maricao, en el centro-oriental de la isla. Estos son descendientes de los taínos que sobrevivieron a la matanza ocurrida en el año 1511, después que Agüeybaná II, el Bravo, convocara una rebelión en contra de los españoles. Al ser derrotados, los sobrevivientes escaparon a los espesos bosques de las montañas puertorriqueñas, donde han sobrevivido cerca de 500 individuos hasta hoy. A pesar de que ocurrió mestizaje con otros grupos étnicos que llegaron a Puerto Rico (siendo los más prominentes los españoles y los numerosos grupos étnicos traídos desde África), algunos individuos de estas comunidades taínas han mostrado tener un 98% de sangre taína, aunque también es visible la herencia indígena en grandes masas de la población puertorriqueña, mezclada con las razas blanca y negra.
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